Cervantes fue enterrado
en las Trinitarias de Madrid y ahí siguen sus huesos. Un equipo de
expertos se ha propuesto encontrarlos. No sabemos qué huesos
encontrarán ni en qué estado. Como he escrito sobre Cervantes, me
suelen preguntar qué opino de esta búsqueda.
Respondo que me parece
bien. En un país en el que se desprecia e ignora a los mejores, no
está mal que se empiecen a respetar sus restos. Descubrir los huesos
de Cervantes será un acto simbólico de reconocimiento. Que, en el
caso de hallarlos, su cripta se convierta en un santuario laico, con
su comercio adherido, no es algo en sí mismo negativo, todo depende
de lo que se haga o promueva con ese reclamo.
Pero esta búsqueda
podría servir para algo más. Por ejemplo, para establecer de modo
más fiable el origen judío de Cervantes a través del cromosoma Y,
dado que no dejó descendientes. También, para confirmar o rechazar
su vinculación familiar con su supuesta hermana Luisa Cervantes
enterrada en un Convento de Alcalá de Henares. El cotejo del ADN en
este caso es algo muy difícil y costoso, pero con el tiempo podría
plantearse. También con un supuesto descendiente actual de su
hermano Rodrigo, algo más sencillo.
Otra cosa es aprovechar
el interés suscitado para acercarnos a Cervantes con mayor rigor y
respeto hacia su obra y su persona. Francisco Rico ha llamado a
Cervantes “meapilas” y “excombatiente de la División Azul”.
Esta insultante boutade no tiene nada de graciosa y mucho de
soberbia academicista. Cervantes murió pobre y si se hizo hermano de
la Orden Tercera de San Francisco poco antes de morir fue por motivos
prácticos, no porque fuera un católico militante o un beato. Basta
leer su obra para darse cuenta de ello.
El problema está en que
se ha leído a Cervantes con prejuicios y orejeras, tanto manchegas
como católicas. Rico, como buen amanchegado y supuesto
progresista, lanza estos juicios insostenibles. Al final uno tiende a
creer a Andrés Trapiello que asegura que Rico no ha leído el
Quijote. Si se hace con libertad, es imposible no deducir que
Cervantes era de origen judío y leonés. Descubrir sus huesos está
bien, pero mucho mejor descubrir la verdad.