martes, 4 de agosto de 2009
ANOCHE
(Foto: S.Trancón)
Anoche estuve en casa de un amigo. Al salir, la luna iluminaba la montaña. Del fondo del valle subía un suave neblina. Al llegar a mi casa, escribí:
Arrastra la luna despojos de nubes que se han enredado
en su frente.
Es una medusa flotante en el mar de la noche.
La miro envuelto en el vaho que exhalan los álamos.
Las ramas se han hundido en la quietud y han dejado
inmóviles sus hojas.
Entre el árbol y la luna, el blanco aliento de la noche
que respira.
Me sumerjo en la palidez de la hoja, siento la suavidad
de su presencia.
No hay más.
Nada más que el deseo de ser esa hoja que se da cuenta
de que yo la miro.
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