http://www.lanuevacronica.com/la-traduccion-del-quijote
-¿Qué
opinas del Quijote
de Andrés García Trapiello? Es el acontecimiento literario del año.
-Bueno,
éste y la nueva edición de Francisco Rico, que se ha fotografiado
con los dos tomazos al hombro, como un butanero. Alta cultura al
peso. En cuanto a lo de “traducción”...
-No
lo tomes al pie de la letra, es sentido figurado.
-No,
no, el escritor lo emplea sin atenuación semántica. Cervantes
hablaba español, nosotros castellano. Son dos lenguas distintas.
Si
a Cervantes no lo entiende ni Dios, habrá que traducirlo.
-Ese
es el argumento madre, impepinable. No hay polémica.
-El
argumento padre es el de las horas, los días y los años empleados
en la ciclópea tarea. Un Polifemo de la pluma encerrado en su
caverna durante 14 años. Castigo de los dioses, pero ha merecido la
pena.
-Es
valor añadido al producto, no te burles.
-No
sabía que la calidad literaria se midiera por arrobas de tiempo
fantástico. La torpeza alarga las horas. Es la teoría de la
relatividad. Cervantes tardó mucho menos en escribirlo.
-Bueno,
sin rodeos, qué piensas del resultado.
-Lo
dejo a tu albedrío. Juzga por ti mismo. Entresácote una muestra
variopinta. A un lado va el original cervantino y después de la
barra la traducción moderna. Son todos ejemplos del capítulo
primero, que para mostrar el roto vale con un descosido:
Salpicón/ropa
vieja, duelos y quebrantos/huevos con torreznos,
diferencia/discrepancia, sobredicho hidalgo/el hidalgo del que
hablamos, tierra de sembradura/tierra de labor, compuso/escribió,
intrincadas razones/intrincadas frases, mas/pero, en resolución/en
resumidas cuentas, vino a perder/acabó perdiendo, más cierta/más
verdadera, por medio/por la mitad, mucho bien/mucho y bien, todo de
oro/de oro macizo, se dio priesa/se apresuró, hacían una apariencia
de celada/daba el pego de celada, al vivo/a lo vivo, talante/antojo,
se holgó/se alegró, de muy buen parecer/de muy buen ver...
-Haces
trampa, esto está fuera de contexto.
-Pues
contextualízalo y me cuentas la diferencia y discrepancia.
-Bueno,
¿algo más? Esto no parece mucho desafuero.
-Te
explico el método: suprimir casi todos los subjuntivos
(hiciera/habría hecho, cobrase/cobraría), deshacer todos los
enclíticos (llenósele/se le llenó, imaginábase/se imaginaba) y
eliminar lo que el traductor llama hipérbaton. El hipérbaton es de
lo peor, algo insufrible, afirma. Rebuscando qué posible hipérbaton
ha corregido, encuéntrome con: “Puesto
nombre, y tan a su gusto, a su caballo”, que pasa a “puesto
nombre a su caballo, y tan a su gusto”.
Otro: “cuando
ahogó a Anteo, el hijo de la Tierra, entre sus brazos”, pasado a
“cuando ahogó
entre sus brazos a Anteo, el hijo de la Tierra”.
-¿No
confundirá el escritor hipérbaton con libertad en la colocación de
los elementos de la frase? Esa flexibilidad es característica muy
notoria y valiosa del castellano y del español.
-Así
es. El hipérbaton es recurso poético, no narrativo, por eso
Cervantes casi no lo usa, así que lo que aquí hace el traductor es
corregir el estilo de Cervantes con trastrueques y tijeretazos contra
el tuerto de los hipérbatos imaginarios.
-Suena
a atropello y abuso de autoridad.
-También
ultracorrige a Cervantes y le elimina todos los leísmos, hoy
aceptados ya hasta por la Academia: “le
venzo y le rindo” pasa a “lo venzo y lo rindo”, que suena mucho
peor, por la cacofonía de la “o”.
-¿Hay
más?
-Haylo.
He aquí otra “transducción”: “se
le pasaban las noches leyendo de claro en claro y los días de turbio
en turbio” pasa a “leyendo se le pasaban las noches en blanco y
los días en sombra”. Y la última, que se me acaba el espacio. Va
sobre Rocinante: tenía “más cuartos que un real” se transmuta
en “tenía más años que achaques”.
-¿Cómo?
¿No será al revés? Aquí hay hipérbaton encerrado.
-Puestos
a transmigrar palabras, parece que para indicar la condición
escuálida de Rocinante, sí, debería decir que “tenía más
achaques que años”.
-Sutilezas,
lindezas, cochina envidia. Si tan malo fuere, no vendiera tanto ni
tan calvo, ni tantas loas recibiera, ni de tan altas plumas fuera tan
bien servido. Son las leyes del mercado, no estarás en contra de la
sociedad del mercado y el espectáculo.
-No,
pero un poquito de sentido crítico, tampoco viene mal; incluso anima
el mercado, no sea que se levante del astillero el cráneo ya
olvidado de Cervantes y diga, recordando a aquel oportunista de
Avellaneda, que fue su primer plagiario: “Bien sé lo que son
tentaciones del demonio, y que una de las mayores es ponerle a un
hombre en el entendimiento que puede componer y imprimir un libro con
que gane tanta fama como dineros y tantos dineros cuanta fama"
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