(Tierra de Campos, los Campos Góticos, transmutados en los campos de Montiel en el Quijote. Foto: M. Trancón)
Nos enfrentamos al reto de redefinir, revisar y redescubrir el Quijote. La imagen estereotipada, llena de simplismos, reduccionista y falsa, que se asienta en una iconografía igualmente tópica, no se ajusta en casi nada al texto cervantino, cuyo argumento se desarrolla en un ámbito geográfico, social y cultural que hunde sus raíces, no en una Mancha puramente nominal y literaria, sino en esta zona en la que la presencia judía fue fundamental desde el siglo XII.
La imagen actual, inventada en el siglo XVIII, y sostenida luego con ahínco por académicos obtusos e intereses de todo tipo (intelectual y económico), hace más difícil abrir un nuevo camino a la investigación y a una nueva interpretación del Quijote que nos descubra su riqueza y su actualidad, sacándolo del letargo en que ahora vive, un texto meramente reverencial, pero que nadie lee.
Entre los obstáculos que impiden esta revisión y revalorización del texto más importante de nuestra literatura, está cierta corriente de investigación un tanto delirante, que hace lo mismo que han hecho muchísimos sesudos académicos que se han tomado al pie de la letra los nombres geográficos del Quijote, buscando el lugar exacto de la huella de la pata de Rocinante a su paso por... No basta con cambiar nombres de la Mancha por nombres de otro lugar (¡hasta han hecho a Cervantes catalán e independentista! VER http://www.youtube.com/watch?v=9Ow7iQs18P8).
Lo importante es cambiar el enfoque, la iconografía básica, el mundo referencial sobre el que Cervantes construye su invención literaria. Porque nunca hay que olvidar esto: se trata de una obra de ficción, y no hagamos como don Quijote: confundirla con la realidad.
VER VÍDEO:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=An_Y3NC6k4s
2 comentarios:
Hola, Santiago, me parece un trabajo exquisito de erudición la empresa que has emprendido, pero, pero... No quisiera que se empañara con otras temáticas y sus posiciones, no creo que le hagan bien a tu investigación. Has apuntado: "(¡hasta han hecho a Cervantes catalán!)". Pues si encontraste ese dato, perfecto, desarróllalo si lo crees oportuno, pero, ¿por qué señalarlo con esa sorpresa casi inquisitorial?
Andrés, ya he añadido en la entrada el enlace con el vídeo que defiende que Cervantes fue calarán y además ¡independentista! La propaganda nacionalista no tiene ningún escrúpulo en propalar estupideces con tal de atacar cualquier símbolo español. En este caso se siente ufana por haber "derrotado" a uno de sus símbolos culturales más importantes. La mayor osadía es hacerlo independentista catalán. Si no supiéramos que se hace con premeditación y alevosía, sería para tomarlo como es es, una solemne chorrada.
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