Leo el excelente libro de Mario Sabán,
Maasé Bereshit (El Misterio
de la Creación) y trato de asimilar alguno de los principios básicos
de la Cábala, aquel que explica la existencia del mundo (de todo lo
que existe, el universo visible y todos los universos invisibles)
como un proceso que se origina a partir de una “contracción”
(tzimtzum) del Ein
Sof (el Infinito) sobre sí
mismo. Este “repliegue” crea “un vacío” a partir del cual
puede surgir todo lo que existe. Sin ese vacío no sería posible la
Creación, que no es más que una manifestación del Ein
Sof.
Mientras leía esto escribí
unas líneas que ahora reproduzco:
Para crear primero ha de hacerse un
vacío.
Hay que retirar la atención y la
energía, retraerla de algún lugar para que surja un vacío en el que
pueda aparecer lo nuevo.
El vacío es un espacio necesario
para que pueda surgir la creatividad.
Para crear primero hay que
despojarse de algo.
No hay creación sin destrucción
previa de algo.
La creación se produce al penetrar
en el vacío la energía del Infinito.
La creación es una revelación, una
manifestación de la energía y la conciencia del Infinito.
Somos fragmentos finitos de una
conciencia infinita.
Somos fragmentos, cápsulas finitas
de energía conectadas con una energía infinita.
Para crear (crear es hacer surgir
algo nuevo, anteriormente inexistente) es preciso “retirar”
nuestra energía y nuestra conciencia de aquello a lo que está
“enganchada” (pensamientos, esquemas mentales, hábitos, rutinas,
automatismos emocionales...) para lograr un instante vacío, un
silencio interior, que permita una conexión con el Infinito, la
fuente de toda creatividad.
El sujeto de la creatividad no es el
yo. La fuente de lo nuevo no reside en nosotros mismos. Se equivocan
los que creen que con esfuerzo pueden sacar de sí mismos lo que
proviene del Infinito.
Nuestro esfuerzo no consiste en “construir” nada, sino en despojarnos de todo para crear un vacío dentro de nosotros mismos
en el que se pueda manifestar lo nuevo.
La creatividad es una manifestación, no de los poderes del yo, sino del Misterio del Infinito, del que ha surgido todo.
La creatividad es una manifestación, no de los poderes del yo, sino del Misterio del Infinito, del que ha surgido todo.
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