Acabo con algunas consideraciones sobre el independentismo catalán:
1)El objetivo de alcanzar la independencia no es un proyecto imaginario, sino real y posible.
2)Existe actualmente en Cataluña un auténtico poder organizado que aspira a la independencia: un poder económico, político, mediático e ideológico (incluso religioso).
3)El independentismo ha seguido los siguientes pasos: catalán-catalanismo-nacionalismo-independentismo.
4)Hoy nos encontramos en la última fase: la del independentismo. Cada día son más los que abierta (y agresivamente) lo defienden y justifican.
5)En Cataluña hoy casi todos los partidos comparten y defienden la misma ideología nacionalista. Las diferencias entre ellos son puramente internas, de reparto de poder. La tradicional diferencia entre izquierda y derecha se mantiene sólo a nivel retórico o de matices.
6)La ideología nacionalista conduce hoy inevitablemente hacia el independentismo. El mal llamado nacionalismo moderado o no independentista carece cada día más de espacio ideológico y político.
7)Toda la política catalana desde hace treinta años gira en torno al independentismo: ni el victimismo agresivo y chantajista permanente, ni la inmersión lingüística, ni la exclusión del español de la vida pública, ni la reforma del Estatuto, ni etc., tendrían ningún sentido sin ese horizonte.
8)El independentismo ha ido progresivamente tomando conciencia de su poder en la misma medida en que los gobiernos centrales han ido claudicando ante sus exigencias. La debilidad ideológica y política de los partidos nacionales, tanto de derechas como de izquierdas, ha dado alas al independentismo, más convencido que nunca de que es posible alcanzar su objetivo final.
9)Ni la derecha ni la izquierda han tenido ni claridad mental ni determinación política para impulsar un verdadero proyecto nacional integrador, que asegure la igualdad de derechos lingüísticos, culturales, políticos y económicos en toda España, único método democrático de frenar la deriva independentista.
10)La confusión ideológica y la colaboración del resto de España (intelectuales, partidos mayoritarios, medios de comunicación, empresarios y jueces) ha hecho posible la actual situación, donde ya no es posible hacer cumplir algunas leyes básicas en Cataluña: sobre la enseñanza, la lengua, la movilidad de los ciudadanos, la emigración, el futuro de las Cajas o el respeto a los símbolos comunes.
11)Frente a los que dudan de la posibilidad de la independencia hay que recordar lo sucedido en los años treinta: la proclamación de la República Catalana por parte de Francesc Maciá (que fue coronel del ejército español), o del Estat Catalá por el dubitativo Lluís Companys. Estos procesos no eran tan radicales como el movimiento actual, ya que se enmarcaban dentro de una República Federal que integrara a todos los pueblos de España.
12)El caso de Manuel Azaña es sintomático: pasó de comprender y aceptar la autodeterminación de los catalanes, a darse cuenta de la traición de esos mismos catalanes a la República y su falta de colaboración en la guerra. Cuando se cayó del caballo ya era demasiado tarde.
13)El independentismo catalán es un negocio político y económico redondo, porque no conlleva ningún riesgo y todo en él son ganancias a corto, medio y largo plazo. Llegue a buen puerto o no, siempre será rentable. Ahora es el “España nos roba”; luego será la herencia de los “500 años de ocupación y expolio”. El nacionalismo siempre sacará provecho de exhibir el fantasma de la España Imperial para justificar lo que sea.
14)Muchos se niegan a aceptar este análisis, que considerarán exagerado y alarmista, y al que opondrán un cesto de tópicos: que si el “seny”, que si el “negoci”, el “pragmatisme”, la “moderació catalana”… La habilidad para decir una cosa en Madrid y otra en Cataluña es algo ya tan sabido que sorprende cómo todavía algunos se creen las buenas palabras (casi siempre envenenadas, calculadamente ambiguas) con que los catalanistas defienden sus ideas cuando les conviene. Otros piensan: “Europa no lo permitirá”… Vamos, que Europa nos salvará…
15)Vivimos en un mundo donde la realidad puede cambiar mucho más rápidamente de lo que podamos imaginar. Las ideas más disparatadas, las más increíbles, muchas veces se han hecho realidad a lo largo de la historia. Los procesos se incuban lentamente, pero, como ocurre con los terremotos o tsunamis, su estallido es siempre inesperado.
16)Pese a todo, aún estamos a tiempo de frenar el proceso, pero eso sólo será posible si un movimiento mayoritario de rechazo social y de resistencia democrática, por encima de los partidos, toma conciencia de que lo que está en juego no es “el derecho de la nación catalana a decidir su futuro”, sino el derecho de todos los ciudadanos españoles a mantener el actual Estado Español, basado en una Constitución Democrática que asegura la igualdad de derechos, la estabilidad social, la descentralización, cierta redistribución de la riqueza, la libertad, la movilidad territorial y social, el intercambio y relaciones de colaboración y solidaridad entre todos los españoles, el avance en la lucha contra los abusos, la corrupción, la degradación de la naturaleza, etc. con independencia de la lengua, el lugar de origen, la ideología, la religión o el nivel social de cada uno.
Por ahora, prou!
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