(Fotos: S.Trancón)
He pasado unos días junto al mar Cantábrico. Aproveché para seguir leyendo a Lao Tsé. He aquí alguno de sus pensamientos:
Si quieres ser todo,
acepta ser parte.
Si quieres ser recto, acepta estar torcido.
Si quieres ser pleno,
acepta estar vacío.
Si quieres renacer,
acepta morir.
Si quieres que te sea todo dado,
abandónalo todo.
Sé como las fuerzas de la naturaleza:
cuando sopla el viento, sólo hay viento;
cuando llueve, sólo hay lluvia;
cuando pasan las nubes, brilla el sol.
Hay algo sin forma y perfecto
que existía antes que el universo naciera.
Es sereno. Vacío.
Solitario. Inmutable.
Infinito. Eternamente presente.
Es la madre del universo.
A falta de un nombre mejor
lo llamo Tao.
Un buen viajero no tiene planes fijos
ni está empeñado en llegar a ninguna parte.
Un buen artista permite
que su intuición le guíe a donde quiera.
Un buen científico se libra de conceptos
y mantiene su mente abierta a lo que es.
Puesto que cree en sí mismo,
no intenta convencer a nadie.
Puesto que está contento consigo,
no necesita la aprobación de los otros.
Puesto que se acepta a sí mismo,
el mundo entero lo acepta.
Cuanto más conoces,
menos comprendes.
La verdadera maestría se alcanza
dejando que las cosas sigan su curso.
¿Cómo sé que esto es verdad?
Mirando en mi interior.
Apresurándote a la acción, fracasas.
Aferrándote a las cosas, las pierdes.
Forzando que un proyecto culmine
arruinas lo que estaba casi maduro.
Lo blando vence a lo duro;
lo suave, a lo rígido.
Todos saben que esto es verdad,
mas pocos lo ponen en práctica.
El fracaso es una oportunidad.
Pero si culpas a otro por ello,
la culpa no tendrá fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario