(Foto: PortfolioNatural)
Dos días después de haber reflexionado y escrito sobre los múltiples rostros, voces y personajes del yo, leyendo la excelente novela La Montaña del Alma, de Gao Xingjian, me encuentro con estas palabras:
Echado en la cama, miras al cielo. La sombra de la lámpara transforma también el blanco techo. Si concentras tu atención en tu yo, te das cuenta de que se aleja paulatinamente de la imagen que te es familiar, que se multiplica y reviste rostros que te asombran. Es por ello por lo que me sentiría presa de un terror irreprimible si tuviera que expresar la naturaleza esencial de mi yo. No sé cuál de mis múltiples rostros me representa mejor y, cuanto más los observo, más evidentes me parecen sus transformaciones. Finalmente, sólo queda la sorpresa.
Y un poco más adelante: El problema radica en la toma de conciencia interior de mi yo, ese monstruo que me atormenta sin cesar. (…) El yo es de hecho la fuente de la desdicha de la humanidad.
Y concluye con una cita de Buda: Todas las imágenes son mentiras, la ausencia de imagen también lo es.
Sucede con frecuencia que, cuando uno anda pensando en algo con concentración e intensidad, encuentra ecos, confirmaciones, reduplicaciones inesperadas a su alrededor. Poco después de haber escrito, por ejemplo, aquello de que yo no viajaba para hacer turismo, sino para ver cosas como un gato asomado a una ventana, salí a la terraza y miré a las casas de enfrente. Alzando la cabeza, un gato negro me observaba fijamente desde una ventana. Esto le anima a uno, aunque no sean más que coincidencias. Es preferible pensar y sentir que hay conexiones secretas entre nosotros y el mundo, que uno no está del todo aislado en su yo.
Si uno entra en determinada onda vibratoria, en determinada emanación o filamento de energía, parece natural que armonice con los hechos energéticos y con los seres que viajan dentro o emergen de ese campo vibratorio. Todo depende de nuestra capacidad de atención y abandono.
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1 comentario:
En teoria suena bien y parece lògico pero todos mis yo y yo no entendemos nada de nada.¿Como se puede estar atento y abandonarse?¡Que locura!Mira no es por nada pero mi cabeza no llega y me gustarìa.Mi yo curioso lo intenta,mi yo furioso se cabrea,mi yo soberbio se rebela,mi yo transcendental se desdobla,mi yo miedoso se preocupa y mi yo IGNORANTE se rie,se rie y así me quedo,muerta de risa.EMI
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