Si todo es relativo, también lo es el relativismo,
luego no todo es relativo…
¿Pienso, luego existo? No, pienso, luego pienso. Una tautología.
Como cualquier otra: Tengo un cuerpo, luego tengo un cuerpo.
La realidad es lo que percibimos, pero no es tal y como la percibimos.
Entre el existir y percibir
Entre el percibir y el pensar
Entre el pensar y el ser consciente
Hay saltos cualitativos.
Existir es ser y vivir.
Percibir es recibir estímulos, configurarlos e interpretarlos.
Pensar es abstraer la percepción y elaborar imágenes y conceptos.
Ser consciente es darse cuenta del existir, el percibir y el pensar, pero también:
De lo que no percibimos
De lo que no podemos percibir
De lo que no podemos pensar
De lo que no podemos ser conscientes.
La realidad, sin la percepción, es caótica.
La percepción, sin el pensamiento, es enigmática e incomprensible.
El pensamiento, sin la conciencia, es opaco y repetitivo.
Sólo la percepción consciente nos acerca al misterio del mundo.
Sólo el pensamiento consciente nos libra de la rutina y automatismo.
La existencia es un misterio: existimos, pero cómo hemos surgido de la nada,
cómo nos sostenemos ante la nada,
de dónde hemos surgido y por qué hemos aparecido aquí, no lo comprendemos.
La percepción es un misterio: no sabemos cómo percibimos ni qué es en realidad el percibir.
Pensar es también un misterio: no sabemos cómo pasamos de los estímulos al pensamiento, ni si el pensamiento nace de la realidad o la realidad del pensamiento.
Ser consciente es el mayor misterio, el más apasionante y revitalizador.
Es entrar en contacto directo con la energía consciente que sostiene el universo entero.
1 comentario:
Me gusto mucho lo que leí en este blog.
Pasare más seguido.
Saludos.
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