(Foto: PortfolioNatural)
He aquí trece razones para decir no a los transgénicos:
1) Porque su cultivo incrementa el uso de pesticidas y herbicidas que matan, no sólo a animales e insectos beneficiosos (polinización, control natural las plagas), sino a los microorganismos del suelo, indispensables para la fertilidad del terreno, contaminando con toxinas, además, el agua subterránea.
2) Porque los genes transgénicos transfieren resistencia a antibióticos como la neomicina, la kanamicina y la ampicilina, usados para combatir organimos patógenos causantes de enfermedades, inutilizando su aplicación.
3) Porque provocan la aparición de nuevas alergias (la mayoría de los alimentos transgénicos contienen genes de virus, bacterias, mariposas e incluso escorpiones).
4) Porque es imposible evitar la extensión y contaminación genética a los cultivos no transgénicos, haciendo imposible la agricultura biológica.
5) Porque sus efectos genéticos sobre el hombre son impredecibles e imposibles de determinar (un gen modificado no sólo actúa sobre una proteína, sino que transmite información múltiple e interactúa con otros genes).
6) Porque sus derivados son imposibles de controlar y detectar al mezclarse con otras sustancias.
7) Porque provocan la aparición de nuevos virus y plagas resistentes a los insecticidas empleados (insectos de segunda generación), obligando al empleo de pesticidas más potentes.
8) Porque reducen la diversidad biológica, acabando con una amplia variedad de especies animales y vegetales adaptadas a los distintos climas, terrenos y culturas. (La biodiversidad y la diversidad cultural es la única verdadera riqueza autóctona que tiene nuestro país).
9) Porque rompe artificial y violentamente el equilibrio de los ecosistemas, la evolución y las deferencias genéticas intra e interespecíficas, y las múltiples interacciones que han fundamentado la vida del planeta desde hace, al menos, 600 millones de años.
10) Porque la Tierra es un ser vivo basado en el equilibrio dinámico entre energía y materia, y no se puede romper artificialmente este equilibrio global sin provocar resultados catastróficos.
11) Porque la agricultura transgénica está promovida por multinacionales agresivas y depredadoras que tratan de controlar la producción mundial de alimentos.
12) Porque la defensa de los transgénicos utiliza argumentos plagados de mentiras, como que aumenta la productividad del terreno (falso, se ha demostrado lo contrario), o como que ayuda a reducir el hambre en el mundo, promoviendo en la práctica todo lo contrario, haciendo aún más dependientes y vulnerables a los países, y empobreciendo la dieta al disminuir la diversidad agrícola.
13) Porque acaban con formas de alimentación, de vida y de agricultura que constituyen nuestro mayor patrimonio, fuente de belleza y de cultura, de riqueza, de ocio y contacto con la naturaleza y la vida natural y salvaje, sin lo que el hombre vivirá una vida enteramente artificial y clónica.
P.D. El gobierno de Aznar fue el promotor de los transgénicos en nuestro país, y el gobierno de Zapatero ha mantenido una política continuista y opaca totalmente inaceptable. En el 2007 ya había en nuestro país más de 75.000 hectáreas de cultivos transgénicos. La salida de Narbona del Ministerio de Medio Ambiente fue una mala noticia. La presencia de la ministra Garmendia acentúa mi pesimismo. Atender al campo, promover una verdadera agricultura biológica, sostenible, diversa y de calidad, es la mejor política social posible a corto y largo plazo. No entender esto es seguir con el modelo de desarrollismo destructivo metido en la cabeza. En la cabezota, vamos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Lindo su blog. Felcitaciones
Publicar un comentario