MIS LIBROS (Para adquirir cualquiera de mis libros escribir a huellasjudias@gmail.com)

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jueves, 19 de junio de 2008

INTENSIFICAR LA VIDA (II)

(Foto: J.Javier Lado)


Pondré dos ejemplos personales recientes de lo que entiendo por estar atento a lo que nos rodea y aprovechar cuanto estimula e intensifica la vida: la lectura de Amigos y Fantasmas, unos relatos magníficos de Mercedes Abad, que afortunadamente han caído en mis manos, y la actuación de José Tomás en las Ventas el pasado día 15, que tuve la inmensa suerte de presenciar.

La escritura de Mercedes Abad es pura energía, que uno puede absorber sin peligro alguno. Ya hace tiempo que he renunciado a recomendar ningún libro a nadie (se lleva uno muchas sorpresas), pero en este caso haré una excepción. Me pondría a reproducir párrafos enteros para demostrar que su lectura es vivificadora, por su singularidad, tono, audacia y modo de contar lo que cuenta, a pesar de que a veces se pierde en cierto malabarismo narrativo. Pero mejor que lo lea directamente el interesado.

La energía trágica y serena de José Tomás, cruzándose a un metro de la impresionante testa y las temibles astas de un toro, arriesgando la vida con una determinación insobornable, encarando la muerte, retándola para burlar su embestida y crear un instante una belleza sublime (cuerpo, muleta y toro), esos momentos en que miles de voces enmudecen para luego unir su grito atronando la plaza, todo esto, sí, para quien sabe apreciarlo y recibirlo, es una oleada de energía vital que nos pone en contacto con el misterio de la vida y renueva la pasión por el arte.

No seré yo quien me ponga a defender la fiesta de los toros, y menos con argumentos patriotas. Confieso que hacía años que no pisaba una plaza, y simplemente por que no encontraba en ella vida, sino aburrimiento. Pero lo de José Tomás es algo tan inusitado, tan alejado de la degradación y decadencia energética de nuestra sociedad y cultura, que supone una bocanada de entusiasmo vital. ¿Por qué?, dirán algunos. Porque sólo ante la muerte la vida se intensifica. Sólo sabiendo que podemos morir ahora mismo nos entregaremos sin reservas al control, la acción y la pasión por lo que hacemos y sentimos.

Quienes entregan su energía a una causa tan poco democrática como el impedir las corridas de toros, jamás entenderán de qué estoy hablando. Ellos se ciegan con eso de la sangre y el sufrimiento animal, ignorando las toneladas, los Everest de sufrimiento que se producen cada día en millones de granjas, mataderos y carnicerías de todo el mundo, donde corre la sangre a ríos, por no hablar de los cientos de guerras, donde el sufrimiento y el dolor humanos son inenarrables.

Cuando vi a Alaska hace poco, desnuda y banderilleada, como una San Sebastiana, con una expresión de gozo casi orgásmico, comprendí de pronto toda la enorme impostura con que algunos esgrimen la bandera antitaurina. Ella, en foto y en persona, nos decía: mirad qué buena estoy, qué tía más moderna y atrevida soy. Y digo impostura, porque la foto era toda ella inventada, no retocada, sino construida, para parecer lo que no se es, pues no es de cuerpo ni estatura ni belleza precisamente de lo que la no cantante pueda presumir. Y conste que respeto a los antitaurinos sinceros, a los que de verdad no les gusta, sino que desagrada todo esto de los toros y la tauromaquia.

Pero yo sólo quería hablar de la necesidad de intensificar la vida frente a la decadencia energética y biológica en que vivimos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una forma en que yo intensifico la vida es pintando lo que pienso sueño o imagino.
No se si te llegara esto soy Emi tu ex alumna

Anónimo dijo...

No lo entiendo. Me gusta mucho tu blog, cómo escribes, lo que imagino que sientes. Qué tristeza tu apología taurina .¿Poco democrático, cuando imponéis el 20% vuestra dictaduraa la gran mayoría? Acércate a las estadísticas: yo sufro por el dolor del animal, tú no sientes compasión por él, bien, pero te permites cuestionar mi dolor, y lo más pintoresco: porque hay otros seres que sufren, sobre todo humanos. El que haya tanto sufrimiento por ahí esparcido (indudable y tristísmo nuestro mundo de dolor) parece hacer justificable, incluso deseable, que los toros aguanten una tortura extrema en nombre del arte. Pero somos poco democráticos, dices. El gesto pacífico de Alaska es impostura... es fea, sobre todo es fea, gracias a la tecnología no lo parece tanto: eso es lo que importa, que supuestamente es fea. Alaska defiende los derechos de los animales desde su famosa "Bola de Cristal", siempre ha estado identificada con la causa(y con muchas otras destinadas a favorecer a seres humanos, mujer comprometida y bellísima por dentro y por fuera)...pero es fea, dices ¡Qué pena!
PD: por lo demás, un blog encantador, lleno de fuerza, de ideas, de estímulo... por eso me siento ahora mismo especialmente decepcionada, incluso frágil.

Santiago Trancón Pérez dijo...

Comento el comentario anterior:

Primero, uno no debe coincidir con los demás (con nadie) en todo. No debe buscar la aprobación, sino el ser coherente con lo que uno piensa y siente. Así que me parece sanísimo que no coincidamos en esto de los toros y la turomaquia. Un bloc es para usarlo como uno quiera, para coincidir y para no coincidir. No me gustan las identificaciones. Así que no tiene uno que identificarse con un bloc y con el escritor que está detrás de lo escrito. Aprovecha lo que le parece bien y discrepa o deja de lado lo que no le interesa o dice nada.

Segundo, algunas precisiones. Yo hablo de democracia para que se respete a quienes amamos los toros y el espectáculo taurino, pero no para imponer nada a nadie. Así que eso de la dictadura no lo entiendo. ¿Y de dónde sacas eso de que yo no siento compasión por el animal? Sólo digo que, si el único argumento es ese de la compasión, deberíamos ser mucho más activos y comnpasivos contra la verdadera tortura animal, la de las granjas, mataderos y carnicerías de todo el mundo. ¿Has visitado alguna vez una granja y un matadero? ¡Pero seguimos comiendo toneladas de sufrimiento animal!
Hablamos de otra cosa,de algo muy distinto. Pero yo no quiero convencer a nadie de nada. Sólo pido el mismo respeto que el que yo tengo por todos los que rechazan los toros.
Por cierto, uno de los animales más bellos del mundo, y uno de los que recibe del hombre uno de los tratos mejores. Y muere peleando, siguiendo su instinto, poniendo en riesgo la vida de quien se pone ante él. Segregando hormonas de la vida,si quieres una precisión biológica, y no envenenando su sangre con las toxinas del miedo y la angustia que produce la muerte en un matadero.
P.D. No te sientas decepcionada, no hay motivo. Cada uno construye su propoia vida y no debe depender de nadie para tratar de intensificarla.