(Foto: S.Trancón)
La Noche en Blanco. Macroevento madrileño. Más de 170 actos culturales, dicen, propagan, propalan, publicitan, inundan y guarrean la ciudad con cartelones, pasquines, toneladas de programas de mano con letra pequeñita y cientos de nombres comerciales. Los periódicos, la radio, las televisiones, todos y todas, hacen eco, agrandan, inflan el batracio propagandístico hasta la asfixia. No hay más remedio que salir, que echarse a la calle para ver tan imponente manifestación cultural. No se lo puede uno perder. El acontecimiento cultural del año. Cultural, cultural, cultural, repiten, me repiten, machacan.
Así que salí. Quise comprobar in situ, pateando y pataleando, lo más publicitado, el cogollo, el meollo de la cuestión: desde Plaza de España hasta la Puerta de Alcalá.
NO HE VISTO MAYOR TIMO EN MI VIDA, MAYOR ESTUPIDEZ, MAYOR DESFACHATEZ, MAYOR MEMEZ, MAYOR ABUSO, MAYOR ENGAÑO, MAYOR NI MÁS MASIVA TONTERÍA. NUNCA EN NOMBRE DE LA CULTURA, TANTA BASURA ESTÉTICA Y MENTAL.
Los de El País (¡oh periódico, sacro-imperio mediático!) se esforzaron, y dicen que enviaron a un montón de redactores para cubrir el evento. Y lo describen con ditirambos y cursilería insoportable. Y nada dicen del timo. Todo ad maiorem gloriam Gallardonis.
¿Pero cómo se puede ser tan memo, o tan corrupto, o tan ciego como para no denunciar la impostura, la tomadura masiva de pelo? ¿Cómo se puede bendecir semejante insulsez? ¿Cómo un ayuntamiento endeudado hasta el cuello, el pescuezo o el gaznate (Gallardón se parece cada día más a un ave de rapiña) puede tirar más de 1. 300.000 euros al estercolero público, a la calle? ¿Por qué no dar ese dinero directamente a los amigos y evitarnos el trago de ser engañados como patos?
Patos de plástico de todo a cien tirados en la charca de Cibeles: esta era una de las más originales propuestas (Hanging out). Mientras, en la fachada del bello edificio de Correos se proyectaban unas desvaídas manchas rosadas acompañadas de diz que besos, que sonaban y resonaban a pedorretas. Eso, unido a los embutidos que colgaban de la fachada de Telefónica, la foto de una luna sobre un colgajo de tela (Luna Gong), o el asadero de pollos en otra plaza (Perpetual Tropical Sunshine…) Y todo así. Haz lo que quieras, ponle un nombre inglés, coge la pasta y no corras, no hace falta, aquí nadie va a ir detrás de ti. Al contrario, un coro de ocas alabará tu ingenio y ya podrás poner en tu currículo que actuaste nada menos que en la Noche en Blanco de Madrid.
“La coraza de la rutina puede -y debe- ser perforada por la imaginación”, concluía uno de esos esforzados reporteros. Vamos, que ni con cañones se perfora la coraza de semejante estupidez.
Lo cuento para los que no pudieron asistir a tan magno timo. No se han perdido nada. Cualquier feria de pueblo es mucho más imaginativa e interesante. Los más papanatas, creedme, están hoy en las concejalías de cultura de las grandes ciudades. Cuanto más grandes, más zoquetes. O más jetas. Una Noche en Blanco así se puede programar con cuarto y medio de neurona…
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2 comentarios:
A mi me pasó lo mismo el año pasado pero además no dejó de llover.EMI
En Sevilla se ha celebrado la "noche larga de los museos". La novedad es que los museos de la ciudad permanecen abiertos hasta las tres de la madrugada. Las colecciones son las mismas pero se amenizan las visitas con actuaciones musicales y obras de teatro.
Este despliegue no implica grandes gastos y reaviva el interés por nuestros museos. Lo peor del asunto son las colas larguísimas, que desaniman a cualquiera.
Podrían institucionalizar un día al mes de "puertas abiertas" en todos los museos, sin más música ni espectáculos, porque los horarios habituales están diseñados para ociosos, y de esta manera los que trabajan o estudian también podrían disfrutarlos (y ello no implica que se abran hasta las tres. Yo trabajo toda la semana y los viernes me muero de sueño a las once de la noche...).
Las iniciativas más constructivas a nivel cultural no suelen ser las más caras.
Saludos y felicitaciones sinceras por su blog.
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