MIS LIBROS (Para adquirir cualquiera de mis libros escribir a huellasjudias@gmail.com)

MIS LIBROS (Para adquirir cualquiera de mis libros escribir a huellasjudias@gmail.com)
MIS LIBROS. (Para adquirir cualquiera de mis libros escribir a huellasjudias@gmail.com)

domingo, 10 de febrero de 2008

FALTAS DE ORTOGRAFÍA


Soy profesor de Lengua y Literatura y escribo con frecuencia. Sin embargo, ya he cometido dos faltas de ortografía notorias en la escritura de este bloc, que me han sido advertidas oportunamente por dos amigos en sus comentarios. ¿Por qué ha ocurrido?, me pregunto.

Veamos. La primera fue “coartada”, escrita con una “h” intercalada intrusa. Yo creo que el error, en mi caso, se ha producido por la interferencia de “cohabitación” y “cohorte”. También, por cierta tendencia a la “sobrearticulación” de las sílabas y vocales (propio de profesores de Lengua), marcando su diferenciación y tratando de evitar un diptongo inexistente. Algo parecido, creo, me ha sucedido con “obnubilación”, escrita con una “v” inoportuna. Aquí no he caído en la cuenta, para salir de la duda, de que la palabra proviene de “nube”, como bien me advirtió Esteban Martínez, y yo no dudo sobre esta “b”, ya que cada año repito a mis alumnos que es fácil recordar que las nubes van por el cielo, por lo alto, así que se escribe con “be alta” (o “uve alta”, ya sea que nos fijemos en el fonema /b/ o en la letra v). La “v” se coló también, creo, porque su pronunciación es más fricativa que oclusiva, al estar entre dos vocales débiles, /u-i/. Sabemos que este rasgo articulatorio ya no sirve para diferenciar semánticamente las palabras, por lo que los lingüistas hablan acertadamente de un solo fonema /b/ en el caso del español. Quizás hubiera que tener en cuenta también la estadística, o sea, la mayor o menor frecuencia de palabras terminadas en “b/vilación”. No sé, pero me parece que es mayor la terminación “-vilación” que “-bilación”. Quizás alguno se entretenga en comprobarlo y nos saque de dudas.

Estas reflexiones más o menos intuitivas me llevan a una conclusión: las faltas de ortografía no se cometen porque sí, sobre todo en el caso de los que estamos acostumbrados a escribir, sino que responden a algún motivo más o menos oculto, entre los que cabe suponer que se encuentren también resortes “inconscientes” o de indagación psicoanalítica, más o menos sorprendentes o perturbadores. Lo importante, en cualquier modo, es descubrir lo que hay detrás del error. De todo puede aprender uno, incluso a ser humilde, porque yo creo que todos “cometemos” faltas de ortografía. Bastaría recordar el nombre de grandes y hasta inmensos escritores que escribían con llamativas faltas de ortografía.

Una penúltima consideración: ¿se han fijado en lo anatematizados que están estos errores? Primero, se convierten en “faltas”, sinónimo aquí, no de signos gráficos ausentes, sino de delitos, de pecados. Por eso “se cometen”, no se producen o suceden. Nada de extraño que hasta hace poco trataran de corregirse mediante castigos (“copia esa palabra cien veces”, por ejemplo). Todos conocemos el sentimiento de vergüenza y culpabilidad aprendido en la escuela al “cometer faltas de ortografía”. De ahí que se den casos de verdadero “estrés ortográfico”, de ansiedad asociada a la escritura (exámenes, dictados, cartas, escritos…), lo que provoca que se produzcan más fallos ortográficos de lo normal.

Y la última: la tendencia creciente al descuido ortográfico, sobre todo en Internet, creo que es perjudicial y no seré yo quien la defienda. Por el contrario, Internet debería convertirse en una escuela de buena escritura (en todos los sentidos). No hay por qué degradar el medio. La arbitrariedad ortográfica, el desorden gráfico, obliga, en realidad, a un mayor esfuerzo visual y atencional, provocando más errores de interpretación y asimilación. Cierta sensación de limpieza, de fijeza, fluidez y armonía gráfica ayudan a todo: a prestar más atención, interés y gusto por la perfección. Otra cosa el la ley de la economía, que rige en todo lo referido al lenguaje, y es lo que origina en los chat y mensajes por el móvil esa escritura apocopada o sintética, tan arbitraria como creativa.

5 comentarios:

Nome Andrés dijo...

!Qué bien dicho todo! "El mejor escribano hace un borrón". En esto, yo soy un campeón. En lo de los borrones, claro. A mí me consuela el hecho de que cualquier profesional un día falla en lo suyo: los conductores tienen accidentes, los carniceros se cortan con el cuchillo, los ciclistas se caen de la bicicleta. Y hasta los profesores de literatura "cometen faltas". Menos mal que son faltas, porque como fueran delitos, las cárceles estarían abarrotadas.

Por cierto, en Internet lo que abundan mucho son los correctores. Éstos, pregunto: ¿Son la excepción? ¿Nunca ponen faltas?

Un saludo

Santiago Trancón Pérez dijo...

DE MANUEL MOLLA:
Estimado santiago,
después de tener roto el ordenador casi mes y medio, hoy por fin he podido entrar en tu blogg donde he leído, un poco decepcionado, la poca recepción que vuestras justas demandas (que hago mías) han tenido entre la gente de las letras. Lo cierto es que yo ando desde hace tiempo bastante decepcionado del mundillo literario, que un día decidí volverme invisible y centrarme solo en el trabajo. Lo cierto es que este mundo nuestro está condionado por el equívoco de las ficciones consentidas, de la picaresca, del chalaneo con el supuesto poderoso (el escritor con caché, los cargos culturales públicos...)... Lo peor es que cuando un escritor no es dueño de su opinión, cuando un escritor calla, cuando un escritor se hace el embozado, denigra su propio trabajo, se convierte en un triste muñeco de ventrilocuo... pero, en fin, es lo que hay. Yo hace tiempo que opté por caminar de puntillas para no despertar alas hienas, y me cunde, me cunde.

un abrazo, Santiago, aquí estoy para lo que queráis.

mm

Santiago Trancón Pérez dijo...

CARMEN NAVARRO ME HA ESCRITO:

Acabo de abir mi correo y me encuentro con la agradable sorpresa del tuyo. Cuanto me gusta lo que escribes. No lo digo para que tu ego vuele por las nubes, sino que lo digo con sinceridad. Leo tus relatos y si al lado de lo escrito veo tu foto es como si te estuviera escuchando. Creo que leyendote voy a aprender mucho para escribir yo. Si no te importa, te seguire mandando mis relatos para oir tu crítica, que se que siempre será sincera y no solo desde el cariño que tienes a todos los componentes de tu grupo "Tercer Acto".
Me senti tan animada el día que me fdijiste que mis relatos no eran malos, que se me ha ocurrido entrar en internet, esa puerta que nos brinda la técnica, para ver como iba eso de los Certámenes o concursos literarios, por supuesto de relatos cortos y he visto que hay muchos de ayuntamientos, cajas o asociaciones. Los echare un vistazo y aunque creo que aún no estoy preparada para mandar nada a ningun certamén, lo comentare también con mi profe y a lo mejor mas adelante escribo algo de tres o cuatro folios y me atrevo. (Siempre habra alguno peor que el mío y no siempre el premiado sera el mejor). Muchos saludos.

Santiago Trancón Pérez dijo...

JESÚS CALLEJO, LEONÉS Y ESCRITOR DE PLUMA ÁGIL Y ENTUSIASTA,AUTOR DE UN MONTÓN DE LIBROS, ME HA ESCRITO:

Hola Santiago:

La verdad es que me conecto a tu bloc con frecuencia para leer algunos de
tus poemas o tus reflexiones: el del éxito literario o el de las faltas de
ortografía me paracen muy significativos pues son verdades como puños.
¿Cómo ha terminado el feo asunto del Premio del Viaje al Parnaso, si es
que ha terminado?
Ya me contarás. Y como creo que vives en Madrid, si te apetece algún día
quedamos, nos conocemos personalmente y nos tomamos un cafelito tan
ricamente.

Hasta pronto. Un fuerte abrazo:

Jesús

Santiago Trancón Pérez dijo...

TERESA NÚÑEZ ME HA ESCRITO:

Hola, Santiago, no es que no quiera recibir noticias de tu blog, que me parece formidable. Para un escritor siempre es bueno estar en contacto con técnicos de la literatura como tú (yo también escribo de vez en cuando un pecadillo ortográfico) Lo que pasa es que no sé en estos momentos quién eres, si supieras la cantidad de gente que me escribe lo entenderías ¿Quizá seas uno de aquellos finalistas vilipendiados en el Parnaso? Porque si no es así, me pierdo en la noche de los tiempos.

Espero tu respuesta, un abrazo

Teresa Núñez