Leo con frecuencia frases, versos, afirmaciones e ideas que me desconciertan: no acierto a comprender cómo han podido ser escritas y, sobre todo, publicadas. O yo estoy muy fuera de este mundo o a sus autores se les ha desquiciado algún circuito neuronal. Inicio con esta entrada una antología de desatinos literarios. No voy a citar a sus autores, todos ellos de fama y valía más o menos conocida, porque no se trata de atacar a nadie. El curioso que indague la fuente. Lo que me interesa poner de manifiesto es que no todo lo que escribe un autor, por reconocido que sea, es necesariamente bueno; que aun los autores más excelentes escriben a veces tonterías y, por supuesto, las publican; que incluso dentro de una gran obra o un gran poema, pueden colarse banalidades y disparates. Quien se ofenda, allá el, confirmará que carece de humor y de espíritu crítico, algo muy saludable para cualquier escritor. Así que me arriesgo. Si se despiertan los demonios, seguro que me pillan confesado.
“Tú no quieres banderas, corazón, no quieres confortarte”.
Así comienza un librito de prosa poética (¿?) que acaban de enviarme. ¿Cómo es posible que al autor no le chirríe este uso reflexivo del verbo “confortar”? Se puede confortar a otro (es verbo transitivo), pero no a sí mismo. Igual quiso decir “no quieres conformarte” y, para darse un poco de lustre deconstructivo lo cambió por ese “confortarte” ininteligible.
Luego prosigue:
“Tú no quieres banderas, corazón, no quieres confortarte”.
Así comienza un librito de prosa poética (¿?) que acaban de enviarme. ¿Cómo es posible que al autor no le chirríe este uso reflexivo del verbo “confortar”? Se puede confortar a otro (es verbo transitivo), pero no a sí mismo. Igual quiso decir “no quieres conformarte” y, para darse un poco de lustre deconstructivo lo cambió por ese “confortarte” ininteligible.
Luego prosigue:
“Las escasas certezas son ceniza que corre como arena del desierto al viento de la luna”.
Dejemos de lado esas aliteraciones casi inarticulables (as-es-as-cer-zas-ce-za); dejemos de lado la redundancia “ceniza”- “arena”; dejemos de lado la nada imaginativa comparación “como arena del desierto”; pero no pasemos por alto esa arena-ceniza que corre “al viento de la luna”. ¿Cómo “al”? ¿La ceniza persigue al viento? ¿A la luna?
De un artículo de mi amigo Ernesto Escapa, agudo e inteligente crítico y escritor, recojo estos versos, seguramente ya conocidos por algunos:
De un artículo de mi amigo Ernesto Escapa, agudo e inteligente crítico y escritor, recojo estos versos, seguramente ya conocidos por algunos:
«Nada es lo mismo, nada permanece. Menos la Historia y la morcilla de mi tierra: se hacen las dos con sangre, se repiten».
(Invito a todos los que se animen a ampliar esta Antología de Pandora y me manden sus hallazgos. No hace falta ir a la búsqueda de tropiezos o rarezas; la mayoría saltan a la vista).
3 comentarios:
Yo me reiría de un verso mío lo primero y después cogería una lista de otros.
Tan sólo es una sugerencia...
Como me he propuesto no dar nombres (¿para qué?)seguramente aparcerá algún verso o frase de las que yo he publicado en esta Antología.
No excluyo para nada mi propia crítica. Lo que ocurre es que, como uno tiene dificultades para publicar, pues a lo mejor eso es una ventaja, y se lo piensa un poco màs.
Sí, puede ser un a ventaja. Habrá que tratar de ser positivo, no?
Te hago otra sugerencia: William Topaz McConagall. Puedes ponerlo en búsqueda en google. Dicen que está considerado el peor poeta del mundo. Pero seguro que como tal tiene algún verso a la altura de los mejores. Suelen suceder ambas cosas: el bueno que yerra y el malo que acierta. O no, no sé...
Bueno, como versos malos, te dejo estos de este autor:
El cerdo, si es que no estoy equivocado/Nos da salchicha, jamón, tocino ahumado./Por mucho que los demás no estén de acuerdo,/Me parece muy estúpido este cerdo.
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